Parece ser que el río cuelga la maldición del año 1965, de la Riada del 19 de octubre, y esta ciudad le ha dado la espalda, pero se quiera o no, Chiclana nace junto al Iro. Este último nunca necesitó de una ciudad para justificar su existencia
Una de las últimas inundaciones acaecidas en la zona, en el año 1996. Foto: Pedro Leal |
Nunca es fácil luchar contra los fantasmas y menos cuando son colectivos. En el caso de Chiclana, es difícil olvidar las imágenes (en blanco y negro) de barcas navegando por la Alameda, la calle de La Vega y el río, o ría, extendido y desbordado sobre la ciudad.
Imágenes que sirven para “celebrar” el aniversario de la riada en lugar de mirar hacia adelante, una “exaltación de la catástrofe” que poco tiene que ver con la realidad, unas aguas que se adueñan de los terrenos que siempre fueron suyos, y que era parte de su cauce. Nada comparable a verdaderas catástrofes que sirven de modelo para ese cine que reproduce hasta el peor de los desastres y lo aumenta… pero eso es cine y “arte”, o eso dicen.
Seamos claros: no hubo ni un solo muerto. Sí que hubo daños y muy cuantiosos; pero si fuera por datos objetivos una simple gripe da lugar a más mortalidad, y no dejamos que eso nos acobarde, convivimos con la enfermedad y aceptamos el riesgo. Hay que vivir.
Confluenca de las calles La Vega y La Fuente. Foto: Archivo Municipal |
¿Qué espera Chiclana de su río? La respuesta está más llena de temor que de esperanza, pero no se siente el mismo temor viviendo en “Los Pantanos”, “La Rana Verde”, “Las Lagunas”… (fíjense sólo en los nombres, no parece que auguren un futuro alejado del agua).
Parece ser que del río cuelga la maldición del 65 y esta ciudad le ha dado la espalda, pero se quiera o no, Chiclana nace junto al Iro. Este último nunca necesito de una ciudad para justificar su existencia.
Se puede renegar de este origen, y en ocasiones es necesario, pero el caso de Chiclana no es único, muchas ciudades conviven con ríos y reconocen el valor del mismo, sin embargo, saben que éste demandará su cauce y actúan en consecuencia, incluso se trabaja con plazas y parques inundables, porque saben que está en la naturaleza del río desbordarse.
Aquí se sigue anclado en el drama de esas imágenes y de su destrucción. Tengan el convencimiento de que no será la última, pero es necesario comprender que el río sirvió para que Chiclana naciera y que su vida, por más que enrabiada le dé la espalda, está ligada al río.
¿SABÍAS QUÉ...?
- Las riadas mas aparatosas ocurridas en los últimos tiempos sucedieron en: diciembre de 1920, junio de 1930, octubre de 1965, diciembre 1996 y marzo de 2010. En 1920, Chiclana contaba con 12.000 habitantes y 80.000 en 2010.
- La catástrofe de 1920 originó un muerto, se llamaba Gabriel Piñero Botosi. Era cocinero de la fonda de Custodio, de la que no pudo salir sorprendido por la riada, estaba situada en la calle Jardines, junta a la iglesia de San Sebastián.
- La inundación de 1965 arrasó las oficinas de las dos únicas sucursales bancarias, existentes entonces en la ciudad, muchos esperaban que hubieran desaparecido sus deudas o perdido su dinero.
- La capacidad de evacuación del cauce del río Iro, a su paso por la ciudad, es hoy sobre el doble de la que tenía en 1965, es decir puede aliviar dos veces la cantidad de agua que provocó aquella inundación.
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