viernes, 23 de septiembre de 2016

La laguna de Jeli

Las aves buscan un lugar donde refrescarse en las aguas que se forman en la zona.


Sólo se percibe su presencia en los días de lluvia, bien con aguaceros muy intensos o porque las tierras empapadas empiecen a drenar por su superficie la gran cantidad de agua caída


IRO XXI | CHICLANA

De la cuenca hidrográfica, que se le asigna al río Iro de 218 kilómetros cuadrados, el 60 por ciento corresponde a la superficie y lógicamente al agua que le aporta el arroyo del Salado y el otro 40 por ciento corresponde al arroyo de la Cueva.

Si seguimos curso arriba del Salado, el primer “subafluente” con el que nos toparemos es el llamado arroyo de las Tortas, que desemboca frente al cementerio mancomunado, en un punto cercano a la margen derecha de la carretera a Medina Sidonia. Este arroyo así como la mayoría de los “subafluentes”, que son muchos en la cuenca del Iro, son sólo producidos por la escorrentía, es decir por las aguas de lluvia que recogen, sin que a ellos acudan aguas, en la mayoría de los casos, de ningún manantial. Sólo se percibe su presencia en los días de lluvia, bien con aguaceros muy intensos o que por la gran cantidad de agua caída, las tierras empapadas ya empiecen a drenar por su superficie.

La única manera de determinar su cauce, en tiempos secos, es observando, con meticulosidad, la vegetación más consistente y densa que crece a lo largo de todo su lecho.

Este arroyuelo de las Tortas, tiene además una singularidad, pues a él evacúan las aguas que excedan de la capacidad de almacenaje de la laguna de Jeli.

Esta laguna, cuyo perímetro tiene forma, que se asemeja a un triángulo, de unos 800 metros de longitud y 450 metros de anchura, su vaso, de arcillas muy impermeable, permite una profundidad que llega a ser de mas de dos metros, sus aguas se consideran como “dulces”. Por muchos está considerada como de aguas permanentes, aunque en grandes ciclos de sequía ha aparecido cercana a su agotamiento. 

Se encuentra situada al noreste de Chiclana y a 3,5 kilómetros de la carretera de Medina, dentro de la finca de la Vitoria.

La laguna, un lugar natura idílico

Entre las especies que suelen nidificar entre su vegetación, están el somormujo lavanco, el calamón común y la focha cornuda. Aunque su mayor interés estriba en la presencia de muchas aves de paso camino del continente Africano, debido a la proximidad del pequeño lago al estrecho de Gibraltar. Malvasías cabeciblancas, cercetas pardillas o flamencos, además de muchísimas cigüeñas, se han llegado a avistar más de 700 ejemplares en algún momento, e incluso alguna espátula, todas utilizan la laguna como una verdadera estación de servicio, donde reponen fuerza en su volar por la “autopista aérea” que une el norte de Europa con el continente africano.

Se ha comprobado desde hace años como muchas parejas de cigüeñas se hacen sedentarias, en la zona, pues se nutren de comida entre los vertederos cercanos como el de Miramundo y la vegetación y ricas algas de la laguna. Lo mismo ocurre con cigüeñas provenientes del norte de España y de Europa que invernan en la zona sin necesidad de cruzar el estrecho de Gibraltar.

La vegetación que crece dentro de la laguna y en los bordes de la misma, compuesta sobre todo por juncos, eneas, castañuela y tarajes, jugaron un papel importante, hasta los años setenta del pasado siglo, como material imprescindible para la cubrición, mediante sucesivas capas, de las chozas. Este material vegetal de la cubierta era necesario reponerlo periódicamente, en función de la intensidad de las lluvias anuales, se le llamaba “echarle una camisa”.


¿SABÍAS QUÉ?

  1. Esta laguna de Jeli y la de Montellano, tienen ambas la misma superficie de cubeta (23,5 ha) y son de las mismas características ambientales. Montellano está situada al norte de Jeli, entre los términos de Chiclana y Puerto Real, juntas forman el Complejo Endorréico de Chiclana. 
  2. Estas lagunas, se encuentran protegidas como Reserva Integral Zoológica desde 1987, declarando además una Zona Periférica de Protección que las envuelve de 567 hectáreas. Están declaradas como zona de especial protección de aves (ZEPA). 
  3. A través de la cañada del Fontanal, desde la carretera de Chiclana a Medina, se puede acceder a las dos lagunas. Es necesario la autorización de la Agencia de Medio Ambiente para realizar las visitas. 

viernes, 16 de septiembre de 2016

El viaducto de la A-48 comprime el Iro

El río a su paso por Pago del Humo, a fondo se aprecia la autovía A-48


El paso se encuentra protegido por un valla en cada margen que, casi siempre, se encuentran izadas, pues son muy pocas las ocasiones en las que se hace intransitable, solo en los escasos momentos de grandes avenidas


IRO XXI | CHICLANA

Muy cerca del viaducto, antes de llegar al puente, río arriba, nos encontramos con un vado artificial sobre el cauce del río. Este es muy utilizado pues facilita la comunicación entre las carreteras de Medina y del Pago del Humo y en especial es un acceso rápido al Polígono Industrial de Pelagatos desde Medina y la parte alta de la Banda.

El fondo o el firme de dicho vado es de hormigón y deja desaguar las aguas muy bajas, mediante dos tuberías de 0,70 m de diámetro. El paso se encuentra protegido por una valla en cada margen, las cuales casi siempre se encuentran izadas, pues son muy pocas las ocasiones que se hace intransitable, sólo en los escasos momentos en que se producen grandes avenidas.

Un poco más adelante, por encima del vado, se encuentra el puente de la carretera de circunvalación de Chiclana, la A-48, que se compone de una estructura de hormigón armado compuesta de tres vanos de 25 metros. A pesar de la amplitud de su hueco u ojo que deja el puente, parece, a la vista de los últimos estudios sobre inundabilidad, que acompañan, como anejos, a nuestro Plan de Ordenación, que ya desde su nacimiento se ha construido pequeño.

La avenida de los 250 años de retorno puede desaguar a su través, aunque originando un remanso de cerca de dos metros, es decir, que pasaría como en la inundación de 1965 con el puente grande que al actuar como una presa retuvo tal cantidad de agua que en los pisos de las casas de El Pilar, la altura de las aguas llegaron a más de dos metros por encima de las que alcanzaron en la plaza de España. Para esa avenida le calculan, que el agua que pasaría por ese punto aportaría un caudal de más de 900 metros cúbicos por segundo.

Una vez cruzado este puente, en la carretera nacional, el río continúa hacia arriba, ciñéndose a la carretera de Medina (A-390) y formando otro meandro, tan profundo como el que reseñamos en un artículo anterior, pero más pequeño y parece que intenta penetrar en el Cementerio Mancomunado hasta cuyas puertas llega, aunque al otro lado de la carretera. Discurre, desde dicho puente, con mucha vegetación en sus márgenes, una distancia de unos 2700 metros hasta la confluencia con el Arroyo de la Cueva.

A partir de ese punto, que para muchos es donde realmente nace el río Iro, se divide en dos grandes “afluentes”, el Arroyo del Salado, que atravesando la carretera se extiende hasta el norte de Medina Sidonia, siempre en dirección noreste y el Arroyo de la Cueva que también se interna en término de Medina pero en dirección sureste.

Sorprende la poca importancia, en cuanto a su capacidad hidrológica, que históricamente se le ha dado a la cuenca hidráulica de nuestro río, pues si el actual puente se ha diseñado con dificultades de evacuación de las aguas que le llegan, ya vimos lo que sucedió con el puente presa y el antiguo puente grande.

Curiosamente que del antiguo puente grande, el cual se terminó de construir en 1.863, un cronista de la época, Autrán, escribió: no tiene otro defecto que el de sus desmesuradas proporciones. Es mucho puente para tan poco río.

Muy cerca del viaducto, antes de llegar al puente, río arriba, nos encontramos con un vado artificial sobre el cauce del río. Este es muy utilizado pues facilita la comunicación entre las carreteras de Medina y del Pago del Humo y en especial es un acceso rápido al Polígono Industrial de Pelagatos desde Medina y la parte alta de la Banda.

El fondo o el firme de dicho vado es de hormigón y deja desaguar las aguas muy bajas, mediante dos tuberías de 0,70 m de diámetro. El paso se encuentra protegido por una valla en cada margen, las cuales casi siempre se encuentran izadas, pues son muy pocas las ocasiones que se hace intransitable, sólo en los escasos momentos en que se producen grandes avenidas.

Un poco más adelante, por encima del vado, se encuentra el puente de la carretera de circunvalación de Chiclana, la A-48, que se compone de una estructura de hormigón armado compuesta de tres vanos de 25 metros. A pesar de la amplitud de su hueco u ojo que deja el puente, parece, a la vista de los últimos estudios sobre inundabilidad, que acompañan, como anejos, a nuestro Plan de Ordenación, que ya desde su nacimiento se ha construido pequeño. La avenida de los 250 años de retorno puede desaguar a su través, aunque originando un remanso de cerca de dos metros, es decir, que pasaría como en la inundación de 1965 con el puente grande que al actuar como una presa retuvo tal cantidad de agua que en los pisos de las casas de El Pilar, la altura de las aguas llegaron a más de dos metros por encima de las que alcanzaron en la plaza de España. Para esa avenida le calculan, que el agua que pasaría por ese punto aportaría un caudal de más de 900 metros cúbicos por segundo.

Una vez cruzado este puente, en la carretera nacional, el río continúa hacia arriba, ciñéndose a la carretera de Medina (A-390) y formando otro meandro, tan profundo como el que reseñamos en un artículo anterior, pero más pequeño y parece que intenta penetrar en el Cementerio Mancomunado hasta cuyas puertas llega, aunque al otro lado de la carretera. Discurre, desde dicho puente, con mucha vegetación en sus márgenes, una distancia de unos 2700 metros hasta la confluencia con el Arroyo de la Cueva.

A partir de ese punto, que para muchos es donde realmente nace el río Iro, se divide en dos grandes “afluentes”, el Arroyo del Salado, que atravesando la carretera se extiende hasta el norte de Medina Sidonia, siempre en dirección noreste y el Arroyo de la Cueva que también se interna en término de Medina pero en dirección sureste.

Sorprende la poca importancia, en cuanto a su capacidad hidrológica, que históricamente se le ha dado a la cuenca hidráulica de nuestro río, pues si el actual puente se ha diseñado con dificultades de evacuación de las aguas que le llegan, ya vimos lo que sucedió con el puente presa y el antiguo puente grande.

Curiosamente que del antiguo puente grande, el cual se terminó de construir en 1.863, un cronista de la época, Autrán, escribió: no tiene otro defecto que el de sus desmesuradas proporciones. Es mucho puente para tan poco río.


¿SABÍAS QUÉ?
  1. Muy difícilmente el agua de mar puede llegar, en la actualidad, hasta la carretera nacional, sería necesario una marea del mayor coeficiente impulsada por un gran temporal del suroeste que inundara sorprendentemente la marisma. 
  2. Mucha cartografía designan al trozo de río desde el Arroyo de la Cueva, al puente de la Carretera Nacional, como Arroyo del Salado. 
  3. Existen otros, bastantes, ríos y arroyos, en la provincia y España designados con la misma denominación de “Salado”. En la provincia de Cádiz existen arroyos homónimos, al menos en Rota, Puerto Real, Cónil, Jerez, Arcos, y Jimena. 
  4. El apelativo de “Salado”, en la mayoría de ocasiones, no proviene de la intrusión del agua de mar, sino del origen geológico de las tierras por las que discurren. Suelen ser terrenos yesíferos, con grandes cantidades de sulfatos, sobre todo el sulfato cálcico el que le da un sabor salobre a sus aguas. 


sábado, 10 de septiembre de 2016

Una "ficción fluvial escurrida entre zarzas"


El escritor chiclanero Fernando Quiñones describió de manera magistral, aunque no muy positivamente, al río Iro en el cuento “Todo un verano para el padre Alfonso”, con el que inicia la "novela en relatos" titulada "El coro a dos voces"


IRO XXI | CHICLANA

Aquello que escribió Fernando Quiñones del río Manzanares –“un río con más versos ya que agua”–, no es lo que le sucede a nuestro río Iro. Y no por su cuenca, más o menos escasa, según las mareas, sino por la poca fortuna que ha tenido en la literatura: “Bastantes días al año, en las bajamares de muchos grados, el presunto río ni era capaz de parecerlo a su paso por la población. Más que moverse, allí yacía aquella trabajosa ficción fluvial escurrida entre zarzas y cenagales opulentos; el mar lograba alcanzar Contreras moribundo y a rastras, como en un enorme esfuerzo final por tocar el pueblo con la punta de un dedo”. 

Así lo describe el escritor chiclanero, uno de los grandes narradores andaluces del siglo XX. Esa descripción del río Iro aparece en uno de sus cuentos: “Todo un verano para el padre Alfonso”, el primero de esa “novela en relatos” que es el libro “El coro a dos voces” (1997). Es en este mismo texto donde escribe aquello de “Contreras subía lánguidamente por la solanera muda, desde el río puercachón hasta el pie de la colina rematada por la ermita de Santa Ana”.

¿Por qué dice entonces Contreras? Así llamaba Quiñones en la ficción de sus relatos “fantásticos extraños” a Chiclana. Cambia el nombre, pero la descripción de la ciudad es de enorme fidelidad. Tanto en ese relato, como en “Cubalix” (1978), que también transcurre en Contreras/Chiclana. 

Sin embargo, particularmente nos interesa “Todo un verano para el padre Alfonso”, porque es aquí donde se detiene en el río Iro, aunque nunca lo llega a nombrar, como un protagonista más: “Apenas dejarse atrás las casas y bordeado a trechos de cañares y eucaliptos, el presunto río ya enseñaba otra cara algo más presentable, desde el lugar que le dicen La Resbalosa: allí donde, cosa de cien años antes, una banda de chiquillos sacó de entre carroñas de animales y maderámenes a medio licuar un costillar humano en bronce, de tamaño natural, con su esternón y sólo tres costillas de menos”, continúa la descripción.

Y prosigue con las alusiones, no precisamente bienintencionadas del río: “Sea como fuere, desde aquel día tan lejano nada había dado de sí el aborrecido emplasto del río, excepto inundaciones, infecciones y agobiantes pestazos imprevistos”. El relato narra un hecho extraordinario: la aparición en el río de “un pez plano muy grande y oscuro, como un lenguado con algo más de tres metros de cabeza a cola” que el padre Alfonso (trasunto del famoso Padre Salado) protege en una cueva fluvial bajo la parroquia de San Telmo, que dibuja así: “Emplazada junto al río, brazo de mar más bien, la iglesia de San Telmo comunicaba con él sin que dejaran verlo los abultados fangales de la orilla y sobre todo el Yapasaste, como el humor contrerano llamó a los breñales de cambrón, junquillo, escaramujo y toda la erizada antología de espinas que bordeaba antaño la corriente”. 


¿SABÍAS QUÉ?
  1. Quiñones, según desveló en el propio epílogo de “El coro a dos voces”, concibió “Todo un verano para el padre Alfonso” como un borrador de una futura novela que no llegó a publicar. “Noventa folios que, reducidos a once, pasaron luego a quince y, por fin, a la extensión que aquí tiene”, que son veintiuna páginas en la primera edición de Anaya & Mario Muchnik.
  2. El propio escritor aclaró en el epílogo que este relato “acopia más referencias verídicas que las suponibles”. Y matiza, incluso: “En el del padre Alfonso, que toca el siglo pasado, proviene de la realidad, incluso con alguno de los detalles increíbles, el pueblo en su momento, 1933, el apellido, profesión e ideología del protagonista, y circunstancias de su vida dadas en el texto, que también pudo titularse «El libertador»”.
  3. Ese mismo padre Alfonso que da título al relato es una espléndida transposición de Fernando Salado Olmedo, el padre Salado, que por necesidad sitúa de párroco de San Telmo, aunque nunca lo fue. “Hombre por encima de la cuarentena y dueño de un espíritu abierto y una cultura nada usuales en los curas españoles de su tiempo, andaba atravesando una crisis paralela, o quizá correspondiente, a la que atribulaba todo el país […]”.
  4. La primera alusión a Contreras está en “Cubalix”, relato con el que concluye el libro de relatos “El viejo país” (1978). Y también en otros dos relatos, entre los dieciséis que componen “El coro a dos voces” (1997): “El monedero”, donde la cita simplemente, y “La libertad”. “Todo un verano para el padre Alfonso” ha sido recuperado en el libro colectivo “Fantasmas y monstruos de Chiclana” (Navarro Editorial, 2012).

sábado, 3 de septiembre de 2016

Con vistas al río (I)

El río Iro en una puesta de sol, donde se refleja la calle Carmen Picazo y los edificios que alberga.


Las márgenes del río Iro acogen una serie de casas y edificios con una posición privilegiada para ser testigos de cuanto pasa en la vida fluvial


IRO XXI | CHICLANA

Estos últimos capítulos observamos cuantas circunstancias rodean a nuestro río, su historia, sus leyendas, sus fiestas, su geografía, sus puentes, sus ocupantes: aves, peces, plantas, etc. Hoy vamos a reparar en otro elemento que forma parte directa del ámbito del Iro en su tramo urbano: las casas y edificios con una posición privilegiada para ser testigo de cuanto pasa en la vida fluvial. Con vista al Río Iro.

Y más concretamente nos vamos a ocupar de los edificios que, por alguna circunstancia, se ha considerado que tienen algún interés arquitectónico, histórico, estético o etnológico y por ello se ha considerado oportuno su inclusión en el Catálogo General de Bienes Protegidos del Plan General de Ordenación Urbanística de Chiclana que está a punto de aprobarse definitivamente y, por tanto, de entrar en vigor. Comenzamos por la margen de La Banda.


Edificio C/ Carmen Picazo, 6. Construido en la primera mitad del siglo XIX, con un estilo noeclásico. Se trata de una casa burguesa, en buen estado de conservación. Edificio de tres alturas. Actualmente de uso mixto, la planta baja está destinada a locales de uso hostelero (Los Ángeles) y las plantas superiores de uso residencial. 

En fachada, la planta baja está compuesta de piedra natural vista. Esta fachada se distribuye en tres grandes huecos: balcón central y dos cierros laterales acristalados. Y tiene cinco huecos en planta segunda, con decoración sencilla y discreta, enmarcados con poca complicación ni ornamentación. En su interior cabe destacar un patio central con pilastras y arcos, y galería abierta en planta baja y primera.

A destacar la piedra natural vista de la fachada en planta baja y el patio interior. El alcance de la protección se centra en la fachada y sus elementos característicos, entendida como piel, así como la volumetría del conjunto, el patio y elementos singulares del interior.


Casa C/ Carmen Picazo, 8. Construida en la segunda mitad del siglo XIX, con estilo neoclásico isabelino. Se trata de una casa burguesa, entremedianeras, de 2 plantas de altura. El uso es residencial. 

La fachada está compuesta, en planta baja, por cuatro cierros enrrejados, dos a cada lado de una sencilla portada., En la planta superior, en el centro tiene un balcón corrido con tres huecos y dos cierros acristalados, uno a cada lado. Los huecos de planta alta están rematados con una decoración singular e interesante de estilo isabelino.

A destacar la decoración de huecos en fachada, principalmente en planta alta. El alcance de la protección se centra en la fachada y sus elementos característicos, su composición interior tanto espacial como estructural, la volumetría del conjunto, el patio y elementos singulares del interior.


Casa C/ Carmen Picazo, 10. En la fachada aparece la fecha 1755, por tanto construido a mediados del siglo XVIII, con un estilismo neoclásico. Casa burguesa en esquina. Edificio de una altura. El uso es exclusivamente residencial. 

En fachada principal tiene tres cierros enrejados y portada con detalles de pilastras, friso y cornisa en piedra natural ostionera.

A destacar la situación y la portada del edificio. El alcance de la protección se centra en la fachada y sus elementos característicos, la volumetría del conjunto, el patio y elementos singulares del interior.

En cada una de las fichas integradas en el Catálogo del PGOU hace resaltar la importancia de formar “parte de un conjunto interesante de edificios dando al río”.


En próxima entrega citaremos otros edificios y casas de El Lugar incluidas en el Catálogo General de Bienes Protegidos, como por ejemplo: la casa de la calle La Fuente,2. De la segunda mitad del siglo XVIII, de estilo neoclásico. Casa con tres fachadas: a las calles La Fuente, Plaza España y Alameda del Río o casa de la calle Fierro, 23. De la segunda mitad del siglo XIX, igualmente de estilo neoclásico. Edificio en esquina con dos alturas, con fachadas a calle Fierro y a Plaza de España, con una situación muy interesante al dar frente al río y tener mucha presencia en la entrada al centro histórico de la ciudad.

Una particularidad de los casos que estamos tratando se trata de la casa burguesa sita en la calle Iro,3, con una fachada en esquina con calle Fraile interesante por su frontón y escudo heráldico de piedra así como los jarrones de piedra que rematan los pretiles de la azotea, que actualmente no tiene “vistas al río” pero si se lleva a cabo con prontitud lo previsto en el PGOU como “actuación pública en el suelo urbano consolidado” denominada 2-AA-06-Río Iro, podremos celebrar que esta casa con su escudo heráldico también se asome definitivamente al Río Iro.


¿SABÍAS QUÉ?
  1. El Plan General de Ordenación Urbanística de Chiclana esta en fase de Aprobación Provisional (III) desde el pasado 17 de mayo de 2016. A la espera de los informes sectoriales supramunicipales para su aprobación definitiva y entrada en vigor.
  2. En el Catálogo General de Bienes Protegidos del PGOU existen varios niveles de protecciones: Nivel 1-Bienes de Interés Cultural (BIC); Nivel 2-Inmuebles de elevado interés arquitectónico; Nivel 3-Edificaciones con valor arquitectónico, sin alcanzar los niveles 1 y 2; Nivel 4-Viviendas que poseen elementos de interés relacionado con la tipología, composición, construcción u ornamental.
  3. Actuaciones aisladas “públicas” en Suelo Urbano Consolidado, como 2-AA-6 Río Iro, son aquellas que se dirigen a la obtención de suelo y consiguiente urbanización de espacios públicos para viarios, ensanche, espacios libres y/o equipamientos, y que se consideren de utilidad pública e interés social.
  4. En la planta baja del edificio de calle Carmen Picazo nº6, desde hace más de 50 años, se desarrollan distintas actividades relacionadas con la hostelería, desde los bailes en la orilla del río con la música de una Gramola, pasando por un Hostal y posteriormente Discoteca, Pub, Sala de Fiesta, Salón de Celebraciones y Pista de Baile, siempre con la denominación “Los Ángeles” y siempre al frente el desaparecido Juan Izquierdo Morales, “Juan Chiona”.