viernes, 16 de septiembre de 2016

El viaducto de la A-48 comprime el Iro

El río a su paso por Pago del Humo, a fondo se aprecia la autovía A-48


El paso se encuentra protegido por un valla en cada margen que, casi siempre, se encuentran izadas, pues son muy pocas las ocasiones en las que se hace intransitable, solo en los escasos momentos de grandes avenidas


IRO XXI | CHICLANA

Muy cerca del viaducto, antes de llegar al puente, río arriba, nos encontramos con un vado artificial sobre el cauce del río. Este es muy utilizado pues facilita la comunicación entre las carreteras de Medina y del Pago del Humo y en especial es un acceso rápido al Polígono Industrial de Pelagatos desde Medina y la parte alta de la Banda.

El fondo o el firme de dicho vado es de hormigón y deja desaguar las aguas muy bajas, mediante dos tuberías de 0,70 m de diámetro. El paso se encuentra protegido por una valla en cada margen, las cuales casi siempre se encuentran izadas, pues son muy pocas las ocasiones que se hace intransitable, sólo en los escasos momentos en que se producen grandes avenidas.

Un poco más adelante, por encima del vado, se encuentra el puente de la carretera de circunvalación de Chiclana, la A-48, que se compone de una estructura de hormigón armado compuesta de tres vanos de 25 metros. A pesar de la amplitud de su hueco u ojo que deja el puente, parece, a la vista de los últimos estudios sobre inundabilidad, que acompañan, como anejos, a nuestro Plan de Ordenación, que ya desde su nacimiento se ha construido pequeño.

La avenida de los 250 años de retorno puede desaguar a su través, aunque originando un remanso de cerca de dos metros, es decir, que pasaría como en la inundación de 1965 con el puente grande que al actuar como una presa retuvo tal cantidad de agua que en los pisos de las casas de El Pilar, la altura de las aguas llegaron a más de dos metros por encima de las que alcanzaron en la plaza de España. Para esa avenida le calculan, que el agua que pasaría por ese punto aportaría un caudal de más de 900 metros cúbicos por segundo.

Una vez cruzado este puente, en la carretera nacional, el río continúa hacia arriba, ciñéndose a la carretera de Medina (A-390) y formando otro meandro, tan profundo como el que reseñamos en un artículo anterior, pero más pequeño y parece que intenta penetrar en el Cementerio Mancomunado hasta cuyas puertas llega, aunque al otro lado de la carretera. Discurre, desde dicho puente, con mucha vegetación en sus márgenes, una distancia de unos 2700 metros hasta la confluencia con el Arroyo de la Cueva.

A partir de ese punto, que para muchos es donde realmente nace el río Iro, se divide en dos grandes “afluentes”, el Arroyo del Salado, que atravesando la carretera se extiende hasta el norte de Medina Sidonia, siempre en dirección noreste y el Arroyo de la Cueva que también se interna en término de Medina pero en dirección sureste.

Sorprende la poca importancia, en cuanto a su capacidad hidrológica, que históricamente se le ha dado a la cuenca hidráulica de nuestro río, pues si el actual puente se ha diseñado con dificultades de evacuación de las aguas que le llegan, ya vimos lo que sucedió con el puente presa y el antiguo puente grande.

Curiosamente que del antiguo puente grande, el cual se terminó de construir en 1.863, un cronista de la época, Autrán, escribió: no tiene otro defecto que el de sus desmesuradas proporciones. Es mucho puente para tan poco río.

Muy cerca del viaducto, antes de llegar al puente, río arriba, nos encontramos con un vado artificial sobre el cauce del río. Este es muy utilizado pues facilita la comunicación entre las carreteras de Medina y del Pago del Humo y en especial es un acceso rápido al Polígono Industrial de Pelagatos desde Medina y la parte alta de la Banda.

El fondo o el firme de dicho vado es de hormigón y deja desaguar las aguas muy bajas, mediante dos tuberías de 0,70 m de diámetro. El paso se encuentra protegido por una valla en cada margen, las cuales casi siempre se encuentran izadas, pues son muy pocas las ocasiones que se hace intransitable, sólo en los escasos momentos en que se producen grandes avenidas.

Un poco más adelante, por encima del vado, se encuentra el puente de la carretera de circunvalación de Chiclana, la A-48, que se compone de una estructura de hormigón armado compuesta de tres vanos de 25 metros. A pesar de la amplitud de su hueco u ojo que deja el puente, parece, a la vista de los últimos estudios sobre inundabilidad, que acompañan, como anejos, a nuestro Plan de Ordenación, que ya desde su nacimiento se ha construido pequeño. La avenida de los 250 años de retorno puede desaguar a su través, aunque originando un remanso de cerca de dos metros, es decir, que pasaría como en la inundación de 1965 con el puente grande que al actuar como una presa retuvo tal cantidad de agua que en los pisos de las casas de El Pilar, la altura de las aguas llegaron a más de dos metros por encima de las que alcanzaron en la plaza de España. Para esa avenida le calculan, que el agua que pasaría por ese punto aportaría un caudal de más de 900 metros cúbicos por segundo.

Una vez cruzado este puente, en la carretera nacional, el río continúa hacia arriba, ciñéndose a la carretera de Medina (A-390) y formando otro meandro, tan profundo como el que reseñamos en un artículo anterior, pero más pequeño y parece que intenta penetrar en el Cementerio Mancomunado hasta cuyas puertas llega, aunque al otro lado de la carretera. Discurre, desde dicho puente, con mucha vegetación en sus márgenes, una distancia de unos 2700 metros hasta la confluencia con el Arroyo de la Cueva.

A partir de ese punto, que para muchos es donde realmente nace el río Iro, se divide en dos grandes “afluentes”, el Arroyo del Salado, que atravesando la carretera se extiende hasta el norte de Medina Sidonia, siempre en dirección noreste y el Arroyo de la Cueva que también se interna en término de Medina pero en dirección sureste.

Sorprende la poca importancia, en cuanto a su capacidad hidrológica, que históricamente se le ha dado a la cuenca hidráulica de nuestro río, pues si el actual puente se ha diseñado con dificultades de evacuación de las aguas que le llegan, ya vimos lo que sucedió con el puente presa y el antiguo puente grande.

Curiosamente que del antiguo puente grande, el cual se terminó de construir en 1.863, un cronista de la época, Autrán, escribió: no tiene otro defecto que el de sus desmesuradas proporciones. Es mucho puente para tan poco río.


¿SABÍAS QUÉ?
  1. Muy difícilmente el agua de mar puede llegar, en la actualidad, hasta la carretera nacional, sería necesario una marea del mayor coeficiente impulsada por un gran temporal del suroeste que inundara sorprendentemente la marisma. 
  2. Mucha cartografía designan al trozo de río desde el Arroyo de la Cueva, al puente de la Carretera Nacional, como Arroyo del Salado. 
  3. Existen otros, bastantes, ríos y arroyos, en la provincia y España designados con la misma denominación de “Salado”. En la provincia de Cádiz existen arroyos homónimos, al menos en Rota, Puerto Real, Cónil, Jerez, Arcos, y Jimena. 
  4. El apelativo de “Salado”, en la mayoría de ocasiones, no proviene de la intrusión del agua de mar, sino del origen geológico de las tierras por las que discurren. Suelen ser terrenos yesíferos, con grandes cantidades de sulfatos, sobre todo el sulfato cálcico el que le da un sabor salobre a sus aguas. 


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