Recientemente se han visto piraguas en el tramo urbano del río. |
Nuestro río Iro, sus aguas y riberas como diversión y placer de la gente. Pero eso fue en el pasado, lejos de este presente virtual
IRO XXI | CHICLANA
“... lo que el silbar del viento cuando sopla
o el sonar de las aguas cuando ruedan”.
(Antonio Machado)
El ser humano siempre buscó el amparo de los ríos para alimentarse, como refugio o de vía de comunicación... y para su placer y contemplación. Los chiclaneros de antes amaban a su río, el Iro, gozando del bienestar de saberlo cercano. Además de aprovecharlo practicaban el añadido de su apreciación y paseo, se identificaban con la vida que de él brotaba y paganamente le adoraban disfrutándolo.
Oralmente y mediante palabra escrita, viajeros, comerciantes, naturales y vecinos acomodados de Cádiz que en Chiclana descansaban, testimoniaron el placer del viaje por los caños que culminaba navegando el !ro hasta Chiclana. Fácil resulta entonces imaginar relajos y diversiones en barcas y riberas: en el pueblo, rememoramos la Alameda en distintas épocas como lugar de encuentro y convivencia; en las fiestas, divirtiéndose con "cucañas" y otros juegos e hirviendo de alegre gentío en sus orillas y puentes en carnavales (aún próximos aquellos de los años ochenta); e incluso recientemente hemos visto piraguas en el tramo urbano aprovechando la marea llena.
Cucaña sobre el río Iro. |
Vivimos tiempos difíciles para tan sencillos placeres... una vida precipitada nos empuja a distracciones solitarias y artificiales mediante extraños aparatos. Pero no cuesta soñar imaginando una arboleda con merendero (vale, con wifi también) en la ribera de Huerta Mata, un sendero para caminar algunos tramos por la orilla observando aves y, con marea llena o el río embalsado temporalmente, un pequeño embarcadero cerca de la pasarela de madera con botes de alquiler y una embarcación de sonoro nombre paseando gente hasta el caño de Sancti Petri y vuelta por unas monedas, mientras saludan a deportistas con sus piraguas... y en Feria, Carnaval o Santa Ana vemos a jóvenes alegres recuperando "cucañas" en estrambóticas barcas actualizadas por ellos con creatividad y materiales del siglo XXI.
¿SABÍAS QUE…?
- Las cucañas tradicionales sobre el río se hacían colocando un poste horizontal, bien embreado o engrasado, sobre la proa de la embarcación. El valiente pretendía andar sobre él para atrapar el premio del extremo (un pañuelo o una bolsa con regalos)… cayendo casi siempre al agua entre el jolgorio de la gente en las orillas.
- También se celebraban cucañas tradicionales con el poste en vertical sobre el suelo (en la Alameda del río). Los perdedores no se mojaban.. pero la costalada podía ser monumental y las risas más crueles.
- Muchos, más bien mayorcitos, recuerdan cuando se divertían oyendo música sementera en la “sinfonola” instalada frente al Hostal Los Ángeles (“Juke Box” para los más modernos).
- Tradicionalmente la rivalidad entre las pandillas de jóvenes de la Banda y el Lugar se solventaba utilizando como campo de batalla la ribera del Iro. El grito que arengaba a los guerreros de la Banda era: “¡Guerra, guerrá!, ¡Viva la Banda y muera el Lugar!”.
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