El puente presa, donde se aprecia la contundencia de la obra civil, con las grandes compuertas y las pilas sobre las que se apoyaba el tablero. |
Donde hoy se encuentra el puente del VII Centenario se erigió una obra de gran envergadura que duró menos de trece años
IRO XXI | CHICLANA
Muchos recordarán las imágenes que hoy exponemos de aquel puente-presa, aunque fue demolido, hace ya 20 años, en 1996 y se había inaugurado a finales de 1983, cuando Chiclana contaba con unos 40.000 habitantes. Sólo se pudo contemplar, en su emplazamiento, al final de la calle Iro, muy cerca de donde se encuentra en la actualidad el puente azul, durante los trece años de su existencia.
Realmente es muy corta vida para una infraestructura de esa envergadura, pero desde el día de su inauguración no agradó a la mayoría de los chiclaneros. A un elevado número de ellos, no les gustó nunca el puente ni la presa, o más bien les amedrentaban. Éstos suponían y manifestaban que aquel raro artefacto, dentro del cauce, era un grave obstáculo para el paso de las aguas en caso de gran avenida.
Los más agoreros, lo imaginaban como un inmenso tapón que favorecía la inundabilidad de las partes más bajas de la ciudad y, más que posible, provocador de una inmensa tragedia para Chiclana, si “por mor del diablo” las compuertas estuvieran bajadas en un día de gran riada.
Efectivamente el tablero del puente siempre pareció demasiado bajo, parece que se quiso nivelar con la cota de la longuera y la del colegio “el trovador” y, aunque el agua podía pasar por encima de dicho tablero, el canto de las vigas y las barandillas de protección, ya disminuía la superficie del cauce.
El puente, en cuestión, tenía siete vanos, tal vez por la necesidad de dimensionar las compuertas con un peso prudencial que facilitara la izada y arriada de las mismas, pero que, al mismo tiempo, obligaba a colocar seis grandes pilas a lo ancho del cauce, con lo que además de reducir la capacidad del mismo y la velocidad de las aguas, posibilitaba el que los árboles y arbustos arrastrados, en muchas ocasiones, por la corriente del río, hubieran podido bloquear o al menos reducir la ya escasa sección del cauce.
Señalizado del trazado de la vía que atravesaba el puente presa,
hacia la Avenida de la Diputación.
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El sistema de compuertas siempre pareció, al menos, preocupante. Siete compuertas muy pesadas elevadas por grandes cadenas, que movían motores eléctricos. En aquella época, la fuerte lluvia caída siempre traía consigo un corte en el suministro de electricidad debido al pobre estado de las canalizaciones eléctricas.
Por todas estas razones y algunas más que muchos opinaban, el día en que las excavadoras comenzaron a demoler aquel armatoste fue un día de sana alegría. No creo que nadie eche de menos aquel puente.
No obstante, todo lo dicho, la idea de conseguir que el río siempre se manifieste lleno en el tramo urbano, al menos durante el verano, mediante algún sistema que no disminuyera capacidad de evacuación en los días de gran avenida, sigue siendo algo muy interesante y apetecible por muchos.
En el río Besós, en Santa Coloma (Cataluña), lo han conseguido mediante una presa hinchable de caucho que ajustada al fondo del cauce permite que el río mantenga un calado de agua constante de un metro.
¿SABÍAS QUÉ?
- El término Puente-Presa desconcertaba a todos, tanto es así que en el ABC de Sevilla del 27 de abril de 1.982 se informaba, más bien se desinformaba, de la siguiente manera: "Fue colocada en Cádiz la primera piedra de una presa-puente sobre el río Iro…. Tiene como objetivo solucionar los graves problemas de la población de Cádiz en relación con el abastecimiento de agua".
- Al poco tiempo de su inauguración y debido a una gran avenida del río, una vaca que venía flotando, evidentemente ahogada, sobre las aguas quedó atascada junto a la plataforma del puente. Tres personas agarradas a la barandilla del puente y subidas sobre el cuerpo muerto del animal consiguieron hundirla lo suficiente para que atravesara dicho puente y siguiera su curso hasta el caño o al océano.
- Al puente lo destruyó “la piqueta”, una vez que entró en uso el puente azul, construido junto a él aguas abajo. El alborozo de la ciudadanía fue general, los que más tranquilos quedaron con su demolición fueron los vecinos de la barriada del Carmen.
- El construir azudes o pequeñas presas, con largos gomones de caucho que se inflan, desde un lateral, se está extendiendo en la actualidad, incluso se habla de ella para el azud del Portal.
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