viernes, 27 de mayo de 2016

El Iro y la barriada de Nuestra Señora del Carmen

La barriada del Carmen en la actualidad.


La importante transformación urbanística en el margen del río supuso el comienzo de la transformación de Chiclana definitivamente en ciudad, con la aparición de un nuevo enclave vecinal, conocido también por el campo de fútbol


IRO XXI | CHICLANA

La barriada de Nuestra Señora del Carmen, más conocida como la “barriada del campo de fútbol”, por encontrarse en los alrededores del Campo Municipal de Deportes, se comenzó a construir a principios de los años 60 (1961-63), siendo alcalde Manuel Guerrero Fernández. El Ayuntamiento la levantó en una finca de propiedad municipal, en el denominado Torno de los Yesos, en el margen derecho del río Iro y que se podría definir como el amplio paraje de marisma que se extendía en el siglo XVIII desde el caño de Bartivás al río Iro. Y que siguiendo el cauce del río limitaba con el barrio de San Sebastián. En ese mismo paraje también se fue erigiendo el colegio público El Trovador –antes XXV Años de Paz– y los polígonos industriales de El Torno y Urbisur. 

Con la mejor de las intenciones para resolver el grave problema social de escasez de viviendas que se padecía en el municipio, el Ayuntamiento se lanzó a la promoción de 48 y 300 viviendas de renta limitada, 2º grupo, tercera categoría, además de 10 locales de negocios. La financiación se realizó con una pequeña aportación inicial de los adjudicatarios y por el Instituto Nacional de la Vivienda, que concedió un anticipo sin interés a reintegrar en 50 años. El Ayuntamiento acordó en sesión plenaria extraordinaria celebrada el 13 de junio de 1963 dar carácter de “acceso diferido a la propiedad” a los beneficiarios de la adjudicación de las viviendas. Las cuotas, durante los 50 años de plazo para satisfacer el pago de las viviendas, oscilaban entre 165 y 220 pesetas mensuales.

El Ayuntamiento planificó una barriada moderna, con trazados de amplios viarios y numerosas plazas de espacios públicos, hecho que facilitó a la larga la construcción de las nuevas viviendas de realojo, y también con novedades en las dotaciones básicas e instalaciones: como una red de abastecimiento de agua potable de suministro domiciliario, que no existía en gran parte del municipio.

Pero no fue el carácter social de la promoción, ni los escasos recursos de los que se dispuso –económicos, de medios técnicos y de calidad de los materiales–, ni siquiera fue las características geotécnicas del suelo de marismas sobre el que se construyeron las viviendas. Lo que realmente marcó el devenir de la barriada a lo largo de su historia fue la determinación de fijar la cota “0” de las viviendas y viarios. Y no la cercanía al río Iro como tradicionalmente se ha creído entre la población y más particularmente entre los vecinos que han residido en la propia barriada del Carmen.

Barriada del Carmen en los años 80.

El “error” técnico de construir la barriada por debajo de los niveles que alcanzan las mareas en el cauce del río impidió en muchos momentos la posibilidad de evacuar al Iro las aguas de lluvia caída sobre la propia barriada y su zona de influencia pluvial y, por tanto, se quedaban acumuladas en sus calles anegando las viviendas de planta baja y locales comerciales, sufriendo innumerables y dramáticas inundaciones, mal llamadas “riadas”.

El Ayuntamiento de Chiclana y la Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía firmaron un convenio-programa que permitía la sustitución y realojo de todas las viviendas y población residente de la barriada (1997). Los servicios de Urbanismo tramitaron una modificación puntual de las Normas Subsidiarias del Planeamiento Local, con proyectosde reordenación de los espacios y volúmenes (1998). El gobierno municipal y el autonómico pusieron mucha voluntad política en esta actuación. Así como mucho empeñoen la gestión de EMSISA Empresa Municipal, S.A. y una gran colaboración por parte de laAA.VV. Virgen del Carmen del Trovador que se materializó en un convenio deCooperación y Compromisos entre las partes (junio 1999).

Después de ejecutar tres fases de construcciones de viviendas y locales con sus respectivosrealojos (96 viv. en 2000, 78 viv. en 2002, 134 viv. en 2004); una cuarta fase de viviendasen alquiler para la integración social (78 viv. en 2006); nuevos viarios, aparcamientos, plazas y espacios ajardinados, se ha conseguido la mayor transformación urbanística y,por qué no decirlo, también social que se ha producido en el centro urbano de Chiclana a lo largo de su secular historia. Y no por “culpa” del Río Iro, sino todo lo contrario: paradignificar su paso por el tramo urbano de nuestra ciudad.



¿SABÍAS QUÉ?
  1. En la primera barriada Nuestra Señora del Carmen se denominaron calles y plazas con estos nombres: plaza División Azul (actualmente calle Las Palmas), plaza 18 de Julio (actualmente Antonio Mairena), calle Rodríguez Valcárcel (actualmente Principado de Asturias) y calle Sánchez González (actualmente Cantabria).
  2. Tras la construcción de los nuevos edificios y reordenación de la barriada se han perdido algunos nombres muy tradicionales de nuestro callejero, como las plazas Manuel de Falla, Pio XII y Tenerife y la calle Lope de Vega. También se da la circunstancia que la calle Cervantes existe pero se ha quedado sin ningún número de gobierno, formada sólo por fachadas traseras de edificios.
  3. La reordenación urbana y la construcción de las viviendas para realojos, realizada en cuatro fases, se organizó de tal manera que no se dio la necesidad de trasladar a ningún vecino fuera de su vivienda durante la ejecución de las obras. Una sola mudanza desde su casa de siempre, en los antiguos edificios, a la nueva.
  4. En la Caseta Municipal se construyó un pozo para el suministro de agua potable. Así se anunciaba en escrito de 15 de julio de 1963 por parte del alcalde Tomás Collantes Ceballos a los beneficiarios: “Me complace, asimismo, comunicarle que ha sido adjudicada la ejecución urgente de un pozo de agua potable, dotado de las debidas condiciones técnicas y con volumen de agua suficiente, para el suministro normal de la Barriada del Carmen; y, por último, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir está confeccionando el proyecto técnico para las obras de encauzamiento y defensa del Río Iro, que esperamos ver realizada muy pronto”.
  5. En los días que se estaban realizando los trabajos de terminación de la primera fase, antes de la entrega de las viviendas a sus beneficiarios, el 6 de enero de 1963 ya sufren importantes daños por inundaciones y reparando estos se produce una nueva inundación el 7 de febrero del mismo año.

viernes, 20 de mayo de 2016

El Puente-Presa

El puente presa, donde se aprecia la contundencia de la obra civil, con las grandes compuertas y
las pilas sobre las que se apoyaba el tablero.

Donde hoy se encuentra el puente del VII Centenario se erigió una obra de gran envergadura que duró menos de trece años


IRO XXI | CHICLANA

Muchos recordarán las imágenes que hoy exponemos de aquel puente-presa, aunque fue demolido, hace ya 20 años, en 1996 y se había inaugurado a finales de 1983, cuando Chiclana contaba con unos 40.000 habitantes. Sólo se pudo contemplar, en su emplazamiento, al final de la calle Iro, muy cerca de donde se encuentra en la actualidad el puente azul, durante los trece años de su existencia.

Realmente es muy corta vida para una infraestructura de esa envergadura, pero desde el día de su inauguración no agradó a la mayoría de los chiclaneros. A un elevado número de ellos, no les gustó nunca el puente ni la presa, o más bien les amedrentaban. Éstos suponían y manifestaban que aquel raro artefacto, dentro del cauce, era un grave obstáculo para el paso de las aguas en caso de gran avenida. 

Los más agoreros, lo imaginaban como un inmenso tapón que favorecía la inundabilidad de las partes más bajas de la ciudad y, más que posible, provocador de una inmensa tragedia para Chiclana, si “por mor del diablo” las compuertas estuvieran bajadas en un día de gran riada.

Efectivamente el tablero del puente siempre pareció demasiado bajo, parece que se quiso nivelar con la cota de la longuera y la del colegio “el trovador” y, aunque el agua podía pasar por encima de dicho tablero, el canto de las vigas y las barandillas de protección, ya disminuía la superficie del cauce.

El puente, en cuestión, tenía siete vanos, tal vez por la necesidad de dimensionar las compuertas con un peso prudencial que facilitara la izada y arriada de las mismas, pero que, al mismo tiempo, obligaba a colocar seis grandes pilas a lo ancho del cauce, con lo que además de reducir la capacidad del mismo y la velocidad de las aguas, posibilitaba el que los árboles y arbustos arrastrados, en muchas ocasiones, por la corriente del río, hubieran podido bloquear o al menos reducir la ya escasa sección del cauce.


Señalizado del trazado de la vía que atravesaba el puente presa,
hacia la Avenida de la Diputación.
El sistema de compuertas siempre pareció, al menos, preocupante. Siete compuertas muy pesadas elevadas por grandes cadenas, que movían motores eléctricos. En aquella época, la fuerte lluvia caída siempre traía consigo un corte en el suministro de electricidad debido al pobre estado de las canalizaciones eléctricas.

Por todas estas razones y algunas más que muchos opinaban, el día en que las excavadoras comenzaron a demoler aquel armatoste fue un día de sana alegría. No creo que nadie eche de menos aquel puente. 

No obstante, todo lo dicho, la idea de conseguir que el río siempre se manifieste lleno en el tramo urbano, al menos durante el verano, mediante algún sistema que no disminuyera capacidad de evacuación en los días de gran avenida, sigue siendo algo muy interesante y apetecible por muchos.

En el río Besós, en Santa Coloma (Cataluña), lo han conseguido mediante una presa hinchable de caucho que ajustada al fondo del cauce permite que el río mantenga un calado de agua constante de un metro.


¿SABÍAS QUÉ?

  1. El término Puente-Presa desconcertaba a todos, tanto es así que en el ABC de Sevilla del 27 de abril de 1.982 se informaba, más bien se desinformaba, de la siguiente manera: "Fue colocada en Cádiz la primera piedra de una presa-puente sobre el río Iro…. Tiene como objetivo solucionar los graves problemas de la población de Cádiz en relación con el abastecimiento de agua". 
  2. Al poco tiempo de su inauguración y debido a una gran avenida del río, una vaca que venía flotando, evidentemente ahogada, sobre las aguas quedó atascada junto a la plataforma del puente. Tres personas agarradas a la barandilla del puente y subidas sobre el cuerpo muerto del animal consiguieron hundirla lo suficiente para que atravesara dicho puente y siguiera su curso hasta el caño o al océano. 
  3. Al puente lo destruyó “la piqueta”, una vez que entró en uso el puente azul, construido junto a él aguas abajo. El alborozo de la ciudadanía fue general, los que más tranquilos quedaron con su demolición fueron los vecinos de la barriada del Carmen. 
  4. El construir azudes o pequeñas presas, con largos gomones de caucho que se inflan, desde un lateral, se está extendiendo en la actualidad, incluso se habla de ella para el azud del Portal. 




sábado, 14 de mayo de 2016

Arquitectura para el río Iro



Imagen de maqueta de la propuesta de Campo Baeza para la ordenación del tramo urbano del Iro. 
Vista elevada desde el Puente Chico.


Entre las propuestas urbanísticas en torno al Iro destaca el proyecto de Alberto Campo Baeza: cuatro torres de cristal entre el puente Grande y el puente “azul”, la liberación de las márgenes y la ampliación del cauce 



IRO XXI | CHICLANA 

Las márgenes del río que discurren en el casco urbano, y más concretamente el que se extiende entre el puente del VII Centenario –“azul” para Chiclana– y el puente de Ntra. Sra. de los Remedios, es un espacio que en buena parte niega su relación con el Iro. Este sólo se hace patente por los puentes que lo cruzan y en las zonas más cercanas a esas márgenes una vez nos asomamos por encima del muro que lo contiene. En ciertos sitios de este tramo, el cauce está oculto a la vista, y alguien que no conozca este hecho podría pasear por los aledaños sin percatarse. 

¿Qué relación debe tener Chiclana con su río en el tramo urbano? Es una pregunta que necesita, aparte de otras disciplinas, de la arquitectura para resolverla. Y entender así este espacio de gran valor para la Chiclana del futuro. 

Muchas han sido las propuestas, unas más acertadas que otras, pero hoy hablaremos de una de las más valientes, realizada por un buen arquitecto: Alberto Campo Baeza. Salvo para los círculos más entendidos, donde es bien conocido y respetado, Campo Baeza no responde a lo que la calle conoce como “arquitectos-estrella”. Su trabajo es más callado, sus edificios son sencillos y huyen del brillo y la pretensión. 

Campo Baeza proyectó para Chiclana y proyectó para el río. El germen del encargo era resolver el uso de la gran plataforma sobre el cauce en la Plaza de Andalucía, pero él entendió que este espacio era un episodio más dentro de un contexto más amplio: el tramo más urbano del Iro. 


Vista general de toda 
la propuesta de ordenación.

Dentro de su propuesta, lo más visible son las cuatro torres de cristal que dispone en parejas en los extremos de este tramo, dos de ellas junto al puente “azul” y las otras dos junto al puente de los Remedios. Su diseño permite tanto la introducción de viviendas como de oficinas, son “las puertas de Chiclana”, y sirven como grandes columnas que delimitan el Iro más urbano. 

También ordena la gran plataforma, proponiendo la colocación de una grada y dos bares que fijen actividades en este espacio. Pero lo más importante es la solución del espacio urbano en todo el tramo comandado por estas cuatro torres: se trata de un solo plano continuo y de la apertura del cauce, dándole más anchura, de forma que las dos márgenes dialoguen frente a frente, sin menoscabo de la protección de la ciudad ante futuras crecidas. 

El río se hace presente y permite que todo el entorno pueda vivirlo, no sólo asomarse a él desde un pretil. Imaginen una gran plataforma en la que se pueda andar, pasear, sentarse frente al manso discurrir de las aguas, viendo cómo cambian estas y la ciudad con el ir y venir de las mareas. La propuesta no pretende construir o reconstruir una parte de la Chiclana de hoy, lo más importante es que pretende reconstruir la vida social de la ciudad, la posibilidad de que una tarde de sábado se llene de terrazas y de paseantes, de actividad al fin y al cabo, y que el río, como no hace tanto tiempo, sea testigo. 


¿SABÍAS QUE…? 
  1. Alberto Campo Baeza tiene una estrecha relación con la provincia de Cádiz, donde vino a la edad de dos años. Ha realizado multitud de proyectos en toda la provincia, en Cádiz las obras más conocidas son el Colegio Público Drago, del año 1992, en el Paseo Marítimo; y la actuación “Entre Catedrales”, del año 2009, junto a la Catedral Vieja y la Iglesia-Catedral de Cádiz. 
  2. Son celebres las viviendas diseñadas por Campo Baeza en la provincia. Una de ellas se encuentra en el Novo Sancti Petri, en la calle Aníbal, se la conoce como Casa Asencio y fue edificada en el año 2000. También ha realizado casas en Vejer de la Frontera (Casa Gaspar en el año 1992 y la Casa Guerrero en el año 2005) y Zahara de los Atunes (Casa del Infinito del año 2014) 
  3. Hay varias actuaciones sobre ríos en España que ha servido para la recuperación del tramo fluvial y la revitalización del entorno urbano. Entre los ejemplos más destacables está la recuperación de la ría de Bilbao, con el siempre presente Museo Guggenheim; el tramo urbano del río Ebro a su paso por Zaragoza, al albur de la Expo del 2008. 
  4. En Andalucía son también conocidas las actuaciones en el río Guadalquivir, especialmente en los tramos urbanos de Córdoba y Sevilla.

sábado, 7 de mayo de 2016

El río alegre

Recientemente se han visto piraguas en el tramo urbano del río.

Nuestro río Iro, sus aguas y riberas como diversión y placer de la gente. Pero eso fue en el pasado, lejos de este presente virtual


IRO XXI | CHICLANA

“... lo que el silbar del viento cuando sopla 
o el sonar de las aguas cuando ruedan”.
(Antonio Machado)

El ser humano siempre buscó el amparo de los ríos para alimentarse, como refugio o de vía de comunicación... y para su placer y contemplación. Los chiclaneros de antes amaban a su río, el Iro, gozando del bienestar de saberlo cercano. Además de aprovecharlo practicaban el añadido de su apreciación y paseo, se identificaban con la vida que de él brotaba y paganamente le adoraban disfrutándolo.

Oralmente y mediante palabra escrita, viajeros, comerciantes, naturales y vecinos acomodados de Cádiz que en Chiclana descansaban, testimoniaron el placer del viaje por los caños que culminaba navegando el !ro hasta Chiclana. Fácil resulta entonces imaginar relajos y diversiones en barcas y riberas: en el pueblo, rememoramos la Alameda en distintas épocas como lugar de encuentro y convivencia; en las fiestas, divirtiéndose con "cucañas" y otros juegos e hirviendo de alegre gentío en sus orillas y puentes en carnavales (aún próximos aquellos de los años ochenta); e incluso recientemente hemos visto piraguas en el tramo urbano aprovechando la marea llena.

Cucaña sobre el río Iro.

Vivimos tiempos difíciles para tan sencillos placeres... una vida precipitada nos empuja a distracciones solitarias y artificiales mediante extraños aparatos. Pero no cuesta soñar imaginando una arboleda con merendero (vale, con wifi también) en la ribera de Huerta Mata, un sendero para caminar algunos tramos por la orilla observando aves y, con marea llena o el río embalsado temporalmente, un pequeño embarcadero cerca de la pasarela de madera con botes de alquiler y una embarcación de sonoro nombre paseando gente hasta el caño de Sancti Petri y vuelta por unas monedas, mientras saludan a deportistas con sus piraguas... y en Feria, Carnaval o Santa Ana vemos a jóvenes alegres recuperando "cucañas" en estrambóticas barcas actualizadas por ellos con creatividad y materiales del siglo XXI.


¿SABÍAS QUE…?
  1. Las cucañas tradicionales sobre el río se hacían colocando un poste horizontal, bien embreado o engrasado, sobre la proa de la embarcación. El valiente pretendía andar sobre él para atrapar el premio del extremo (un pañuelo o una bolsa con regalos)… cayendo casi siempre al agua entre el jolgorio de la gente en las orillas.
  2. También se celebraban cucañas tradicionales con el poste en vertical sobre el suelo (en la Alameda del río). Los perdedores no se mojaban.. pero la costalada podía ser monumental y las risas más crueles.
  3. Muchos, más bien mayorcitos, recuerdan cuando se divertían oyendo música sementera en la “sinfonola” instalada frente al Hostal Los Ángeles (“Juke Box” para los más modernos).
  4. Tradicionalmente la rivalidad entre las pandillas de jóvenes de la Banda y el Lugar se solventaba utilizando como campo de batalla la ribera del Iro. El grito que arengaba a los guerreros de la Banda era: “¡Guerra, guerrá!, ¡Viva la Banda y muera el Lugar!”.