jueves, 14 de abril de 2016

El Iro Paleolítico


Recreación de la vida en el Paleolítico junto al río Iro.    

Los restos más antiguos del paso del hombre por estos entornos aparecen en las cercanías del arroyo de la Cueva, de cientos de miles de años atrás


IRO XXI | CHICLANA
Hace unos 300.000 años aproximadamente, antepasados nuestros se acercaron al río Iro para recoger guijarros y fabricar herramientas; el sitio les pareció propicio y decidieron frecuentarlo. De ese momento poco queda, pero suficiente para que audaces prehistoriadores como M. Santonja, M.A. Querol y E. Vallespí, fueran capaces de comenzar a reconstruir nuestro pasado más remoto.

Cuando hablamos del Iro en la Prehistoria hablamos no sólo de la génesis de un río o de una cuenca fluvial en formación, sino también de los primeros humanos, nuestros antepasados, homínidos, que en el Pleistoceno habitaron en Chiclana. Nos referimos a aquel momento, hace miles de años, en el que el agua de lluvia seguía incidiendo verticalmente sobre un terreno llano, poblado de árboles y matorrales, que desde hacía tiempo venía siendo transformado por fenómenos naturales dando lugar a barrancos y terrazas de hasta 35 m. de profundidad. 

El Iro antiguo recibía ya los aportes de dos primitivos arroyos, el Salado y el de la Cueva,ambos también en proceso de formación y que, ya por entonces, eran frecuentados por las primeras bandas de grupos humanos de cazadores-recolectores-pescadores que pertenecían al Paleolítico Inferior y merodeaban por estas tierras. Éstos procedían de África y eran portadores de la cultura denominada Achelense, que se supone se habría extendido por el Suroeste de Europa, compartiendo territorio con poblaciones autóctonas.

Los restos más antiguos encontrados hasta ahora,gracias a las investigaciones realizadas por el profesor y catedrático de Prehistoria de la UCA José Ramos Muñoz, se localizan en el Arroyo de la Cueva y se trata de herramientas talladas en guijarros que se obtuvieron en estos mismos cauces fluviales, como bifaces, hendeduras, picos, etc. 

Piedra tallada del Paleolítico que
se exhibe en el Museo de Chiclana.
    

El hecho de que los yacimientos detectados se localicen la mayoría de las veces en las zonas más elevadas, hace suponer a los investigadores que la elección de los asentamientos se debió principalmente a factores estratégicos-defensivos y a la proximidad de fuentes de recursos. Asimismo, habría que destacar el carácter de paso natural del río, que favorecía la movilidad y la comunicación de estas bandas entre sitios de costa y otros del interior.

Posteriormente, durante el Paleolítico Medio, las terrazas del Arroyo de la Cueva siguen siendo frecuentadas por cazadores-recolectores que encuentran en ellas, concretamente en los depósitos de arenas rojas, la materia prima necesaria para fabricar sus herramientas, en este caso se trata de cantos de cuarcita de mala calidad, filitas negras y areniscas calcáreas. Los útiles tallados en sílex que aparecen se suponen aportaciones de otras bandas de neandertales probablemente procedentes de afloramientos subbéticos.

Muy poco sabemos del medioambiente en esos momentos pues no se han realizado estudios paleoambientales y tampoco se han encontrado restos óseos faunísticos en el río Iro, aunque si en la Barrosa, donde se documentan especies como toros (Bos taurus), caballos (Equus caballus) y perros (Canis familiaris). Hay mucho aún por investigar.

De la existencia de homínidos en el entorno del Iro durante el Paleolítico Superior aún no se han encontrado vestigios, pero la existencia de éstos en otros lugares inmediatos como Medina Sidonia y Conil, hace suponer una ocupación ininterrumpida del Iro en la Prehistoria y, por supuesto, presagiar su futura aparición.



¿SABÍAS QUE?
  1. El conocimiento que tenemos actualmente sobre la prehistoria de Chiclana es muy limitado debido a que los estudios prehistóricos en el término municipal han sido escasos y no poseen una gran tradición. En la década de los 80 del siglo pasado se acometen las primeras prospecciones superficiales fundamentalmente en la zona litoral (La Barrosa y Roche). Siendo a partir de la década de los 90 cuando comienzan a desarrollarse estudios puntuales relativos a la Prehistoria.
  2. El yacimiento arqueológico de “El Aculadero” en El Puerto de Santa María ha proporcionado miles de objetos de la cultura de los guijarros, es decir del Paleolítico Inferior Arcaico (1 millón-500.000 años), y al día de hoy son los únicos restos encontrados de las poblaciones que vivieron en el valle del Guadalete en esta etapa. Gran parte de este se ha perdido por la construcción de Puerto Sherry.
  3. Con un canto rodado tallado por el hombre y afectado por el fuego podemos conocer cuando se quemó. Para ello se utiliza una técnica analítica que es la termoluminiscencia. 
  4. En La Barrosa y los acantilados de Roche también se han encontrado industria lírica Achelense.


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